Tormenta de noche sobre Culiacán. De día la tormenta la ponemos nosotros.

Tormenta de noche sobre Culiacán. De día la tormenta la ponemos nosotros.
De día, la tormenta la ponemos nosotros.

viernes, 8 de febrero de 2008

Años de escuela. Primero de primaria

Nací el 1 de agosto de 1934. Sin asistir a pre-escolar, que no habría en aquel entonces, para septiembre de 1940 entré a primaria a una escuela particular, calle Hidalgo cerca de avenida Morelos, que tenía la maestra Lola Favela. La escuela tuvo que cerrar porque las disposiciones de una nueva Ley de Educación en el Estado exigía que las maestras fuesen normalistas.
Mi breve paso por esta escuelita me enseñó a leer y a escribir, a sumar y restar y a recitar las tablas de multiplicación. Quizá con ayuda de una delgada regla de madera aplicada ocasionalmente a la palma de la mano, quizá haciendo chivitos sobre la patilla, el caso es que doña Lola enseñaba y claro que aprendíamos lo más rápido posible.
Me cambié a otra escuela particular, con las maestras Moncada, avenida Donato Guerra cerca de calle Rafael Buelna, Esta escuelita también tuvo que cerrar por el mismo motivo que el de Lola Favela. Ingresé, entonces, al Colegio Sinaloa.
Tres eran los políticos protagonistas de nuestro devenir sinaloense. Los tres coroneles. Gabriel Leyva, Alfredo Delgado y Rodolfo Loaiza. Eran, desde luego entusiastas cardenistas ya que don Lázaro era el presidente de la República. Entre sus calenturas revolucionarias les era importante acabar con las escuelas confesionales. Había que hostigarlas para eliminar el pensamiento retrógrado. El Estado no estaba preparado para alojar en sus escasas escuelas públicas a los alumnos desplazados pero eso se arreglaría con el tiempo. Así fue como la educación en Sinaloa sería, de ellos en adelante, progresista, científica, patriótica, socialista desde luego y libre de oscurantismos y supercherías. El objetivo inmediato era acabar con los Colegios Sinaloa, América y Monferrant. Ensayaron primero con escuelitas más pequeñas con las que se cumplían sus propósitos.
El asunto cristero se había arreglado, a nivel nacional, desde 1929 pero nuestros políticos regionales seguían de furibundos come curas. En casa de Delgado había devotas mujeres a las que se les toleraban sus prácticas religiosas, porque: “la religión era asunto de mujeres”. Los políticos no asistían a misa, pero por ser asunto de mujeres, se bautizaba a los hijos, se hacían compadres y casaban a las hijas por la Iglesia.
En fin, que íbamos al Colegio Sinaloa entrando por el costado de un lote por la avenida Andrade, entre Hidalgo y Ángel Flores, para asistir a las clases bajo un tejaban. Supuestamente había persecución. Imaginen un desfile de niños con mochilas entrando y saliendo de un lote urbano disque a escondidas de las autoridades. Ridículo.
La orden religiosa que funda el Colegio Sinaloa ya había pasado, como dije hacía más de diez años, la Cristiada y sus consecuencias en Aguascalientes, ciudad donde la orden religiosa fue fundada, por lo que ya tenía maestras con título normalista. Envía unas pocas a Culiacán y ya no pueden cerrarle su colegio. Las amistades de Delgado le convencen que ya no tenía mucho caso cerrar los otros colegios confesionales y se les tolera que sigan operando. El América y el Monferrant pronto enviarían hermanas a la Normal dando así cumplimiento a las leyes en la materia.
En el desaliento de los coroneles seguramente influyó el cambio en el gobierno federal ya que asume la presidencia el General Manuel Ávila Camacho, a partir del 1 de diciembre de 1940, que propone una política de reconciliación nacional y declara que es creyente.
Por su excepcionalidad vale la pena recordar, que Leyva enseguida deja el cardenismo y se vuelve ávilacamachista. Delgado, gobernador del 1 de enero de 1937 al 31 de diciembre de 1940, es entonces gobernador durante un mes del régimen de Ávila Camacho. Total que Delgado y Loaiza se resisten a la nueva tónica oficial a tal grado que cuando viene la sucesión de Delgado, el partido oficial PNR en su fundación en 1929, llamado PRM a partir de 1938 y PRI desde 1946, lanza de candidato al Ing. Liera pero Delgado postula a Loaiza como candidato independiente a gobernador. El choque entre la CTM, muy fuerte en Los Mochis, y los campesinos organizados por el cardenismo es brutal pero se imponen las fuerzas regionales y gana Loaiza. Así fue y así le fue.
Estuve diez y ocho años en la escuela pero les prometo que no los comentaré uno por uno.