Tormenta de noche sobre Culiacán. De día la tormenta la ponemos nosotros.

Tormenta de noche sobre Culiacán. De día la tormenta la ponemos nosotros.
De día, la tormenta la ponemos nosotros.

sábado, 9 de febrero de 2008

Años de escuela. Segundo de primaria.

Terminado el primer año de primaria en el Colegio Sinaloa, las monjas prepararon a varios niños para hacer su primera comunión. La ceremonia de grupo fue en el Santuario del Sagrado Corazón, en junio de 1941, a media cuadra de mi casa. La fiesta, que compartí con mi primo Carlos Hernández Monge, fue en el recién techado vestíbulo–sala de nuestra casa de Ángel Flores. Recuerdo el chocolate caliente no obstante ser verano y los buñuelos azucarados, pequeños y en forma de rueda de carreta y las pinturitas aportadas por mi nina Silvina, madre de Carlos.
La familia pasó el verano de 1941 en Guadalajara. Don Arturo y doña Mercedes, ya tenían cinco hijos: Arturo, Mercedes, Miguel Ángel, Elena y nacido en febrero de ese año, Jesús Ricardo. Luego vendrían otros cinco.
Después de las vacaciones empiezo segundo de primaria en el recién fundado Colegio Cervantes. Don Manuel Clouthier Andrade, don Arturo y un grupo de conocidos señores respaldan el proyecto para que la ciudad contara con una escuela laica privada. Les recomiendan a don Miguel Salvador Pérez, maestro de Guadalajara que se anima a venir a establecerse en ésta.
El maestro de segundo es el profesor Mendoza. Primer maestro hombre que me toca ya que antes había estado sólo con “señoritas”. Mendoza era un hombre serio, de respeto y muy buen docente.
Son condiscípulos Manuel Clouthier, mi primo Enrique Murillo, mi vecino Jorge Cervantes, nuestro pintor Álvaro Blancarte, Jacobo Farjí, el Sr. Meza, muchos años en correos de México, Ángel Zuñiga, Rogelio Tamayo y muchos otros que aparecen en la fotografía que ya publicó este diario.
Manuel Ávila Camacho es presidente de México. Su política de reconciliación nacional va surtiendo efecto y cesan las persecuciones religiosas en los estados, los templos abren al culto y se vuelve a confirmar en Catedral. Termina también el acoso a las escuelitas de maestras por vocación que habían enseñado a generaciones de culichis. Nuestro gobernador, Coronel Rodolfo Loaiza, aguerrido cardenista, sin cambiar de ideología sí cambia de actitud y desplegando la simpatía que le era fácil da a los sinaloenses prosperidad y confianza.
La plática de los niños de la época es la guerra. La Segunda Guerra Mundial en Europa, en el norte de África y en Oriente y la guerra en nuestras calles con los protagonistas de la época: los del Monte y los treinta del Sur; Leyzaola, torturado y ultimado en la sierra; Raúl Rivera, líder de cañeros asesinado en sus oficinas; la muerte del mayor Zaragoza en el Casino de Culiacán y la del Torito Andrade, en Rosales y Obregón y así, etc., etc. La misma violencia por razones parecidas que todavía no termina.
La II Guerra Mundial está resultando un éxito tras otro para las fuerzas del Eje. Alemania, Japón e Italia. Los alemanes sitian Leningrado; avanzan sobre Moscú; arrollan al ejercito inglés, que es copado en Dunquerque, hasta que logra regresar a su isla; derrotan a Francia rodeando su famosa Línea Maginot; y Rommel tiene sitiado y toma Tobruk, en el norte de Africa, amenazando así al canal de Suez. Los japoneses son dueños de Manchuria, la costa de China la tiene invadida desde diez años antes, ocupan Birmania, conquistan Filipinas y toman la supuestamente inexpugnable fortaleza de Singapur. El 7 de diciembre de 1941 bombardean Pearl Harbor y provocan la entrada de EE.UU. a la guerra. Al Eje no le importa porque se sienten invencibles. El ejército alemán y su guerra relámpago, blitzkrieg, de ataques combinados de tanques e infantería apoyados con bombarderos de picada, los temibles Stukas, es una eficiente maquina devoradora de hombres, agresores y defensores. Los aviones caza japoneses son los mejores del mundo, los afamados Cero, la marina japonesa es moderna y disciplinada. Su ejército terrestre va conquista tras conquista.
En mayo de 1942 la marina japonesa intenta desembarcar soldados en Nueva Guinea para amenazar a Australia. La marina de EE.UU. se les enfrenta, en Mar del Coral, y sufre terribles pérdidas: un portaaviones hundido, otro escorado, cruceros, destroyers y cientos de aviones; pero los japoneses se ven obligados a retirarse. Mar del Coral es la primera batalla de mar en la que los barcos no se cañonean uno al otro sino que los aviones luchan entre sí en el aire y bombardean y torpedean a los barcos. Un mes después, en la batalla de Midway, a principios de junio de 1942, los EE.UU., con la pérdida de un portaaviones y algunos aviones, acaban con cuatro portaaviones japoneses modernos y sus aviones y además hunden un crucero pesado. Lo hacen con los mismos aviones malos con los que venían peleando. Después de esto, la industria americana produciría modelos de aviones, que aparecían cada seis meses y que eran cada vez mejores. Más rápidos, más artillados, más blindados. La industria japonesa alcanzaba solamente para pequeñas y esporádicas modificaciones del modelo básico del Cero. A partir de Midway todo mundo sabía que Japón saldría derrotado. O sea que desde junio de 1942 el resultado de la guerra del Pacífico estaba fatalmente determinado
Los niños conocíamos quién mandaba a qué cuerpos de ejército, cómo se llamaban los generales alemanes, los pilotos japoneses y cómo los portaaviones hundidos. La guerra era el tema obligado y conocer a sus protagonistas era para nosotros un juego tal como sería saber quién es pitcher gordo del Yanquis o el feo mediocampista brasileiro del Barza. Seguíamos los avances y retrocesos de los ejércitos en mapas desplegados en las paredes de las casas y de los comercios. Escuchábamos, en español, las noticias por la radio de banda corta, tanto de la propaganda Aliada como la de Radio Berlín. Culiacán, Sinaloa y México entero eran pro Eje menos mi padre y sus hermanos. Habían estudiado en los EE.UU. y sabían de su potencial industrial. No tenían dudas quién ganaría la guerra una vez que sus fábricas hicieran la conversión para producir armamento. Las presiones de los amigos, por esta razón y por muchas otras, no eran fáciles de sortear.
En mayo de 1942, submarinos alemanes hunden al barco petrolero de bandera nacional y tripulado por mexicanos, llamado Potrero del Llano. Después hundirían también al barco mexicano llamado Faja de Oro. El gobierno de México exige satisfacciones de los agresores pero estos no contestan y México les declara la guerra. El país incrédulo recibe las noticias. Nace la versión de que los americanos habrían hundido los barcos para forzarnos a entrar a la guerra. La patraña la creímos firmemente y a la fecha la siguen creyendo demasiados. También creen que Roosevelt, aun sabiendo que Japón atacaría Peral Harbor, no le avisó a sus propias tropas en Hawai y así. Creencias que ni los estudios, ensayos y libros de cientos de historiadores contradicen pero que son sustento del repudio a los americanos. Seguir siendo pro Eje cuando nuestro gobierno le había declarado la guerra y se había unido a los Aliados, tendría en adelante serias consecuencias como después veremos.
En la primera fiesta escolar del Cervantes, en el Casino de Culiacán entonces en Ángel Flores y Morelos, canto con otros tres niños la bella canción: Santa Lucia Lontana. Desde entonces y hasta la fecha nadie nunca jamás me ha vuelto a pedir que cante. Que creen paisanos míos que no les tengo guardados serios agravios.
Termina el año escolar y nos vamos de nuevo a Guadalajara a pasar el verano.

viernes, 8 de febrero de 2008

Años de escuela. Primero de primaria

Nací el 1 de agosto de 1934. Sin asistir a pre-escolar, que no habría en aquel entonces, para septiembre de 1940 entré a primaria a una escuela particular, calle Hidalgo cerca de avenida Morelos, que tenía la maestra Lola Favela. La escuela tuvo que cerrar porque las disposiciones de una nueva Ley de Educación en el Estado exigía que las maestras fuesen normalistas.
Mi breve paso por esta escuelita me enseñó a leer y a escribir, a sumar y restar y a recitar las tablas de multiplicación. Quizá con ayuda de una delgada regla de madera aplicada ocasionalmente a la palma de la mano, quizá haciendo chivitos sobre la patilla, el caso es que doña Lola enseñaba y claro que aprendíamos lo más rápido posible.
Me cambié a otra escuela particular, con las maestras Moncada, avenida Donato Guerra cerca de calle Rafael Buelna, Esta escuelita también tuvo que cerrar por el mismo motivo que el de Lola Favela. Ingresé, entonces, al Colegio Sinaloa.
Tres eran los políticos protagonistas de nuestro devenir sinaloense. Los tres coroneles. Gabriel Leyva, Alfredo Delgado y Rodolfo Loaiza. Eran, desde luego entusiastas cardenistas ya que don Lázaro era el presidente de la República. Entre sus calenturas revolucionarias les era importante acabar con las escuelas confesionales. Había que hostigarlas para eliminar el pensamiento retrógrado. El Estado no estaba preparado para alojar en sus escasas escuelas públicas a los alumnos desplazados pero eso se arreglaría con el tiempo. Así fue como la educación en Sinaloa sería, de ellos en adelante, progresista, científica, patriótica, socialista desde luego y libre de oscurantismos y supercherías. El objetivo inmediato era acabar con los Colegios Sinaloa, América y Monferrant. Ensayaron primero con escuelitas más pequeñas con las que se cumplían sus propósitos.
El asunto cristero se había arreglado, a nivel nacional, desde 1929 pero nuestros políticos regionales seguían de furibundos come curas. En casa de Delgado había devotas mujeres a las que se les toleraban sus prácticas religiosas, porque: “la religión era asunto de mujeres”. Los políticos no asistían a misa, pero por ser asunto de mujeres, se bautizaba a los hijos, se hacían compadres y casaban a las hijas por la Iglesia.
En fin, que íbamos al Colegio Sinaloa entrando por el costado de un lote por la avenida Andrade, entre Hidalgo y Ángel Flores, para asistir a las clases bajo un tejaban. Supuestamente había persecución. Imaginen un desfile de niños con mochilas entrando y saliendo de un lote urbano disque a escondidas de las autoridades. Ridículo.
La orden religiosa que funda el Colegio Sinaloa ya había pasado, como dije hacía más de diez años, la Cristiada y sus consecuencias en Aguascalientes, ciudad donde la orden religiosa fue fundada, por lo que ya tenía maestras con título normalista. Envía unas pocas a Culiacán y ya no pueden cerrarle su colegio. Las amistades de Delgado le convencen que ya no tenía mucho caso cerrar los otros colegios confesionales y se les tolera que sigan operando. El América y el Monferrant pronto enviarían hermanas a la Normal dando así cumplimiento a las leyes en la materia.
En el desaliento de los coroneles seguramente influyó el cambio en el gobierno federal ya que asume la presidencia el General Manuel Ávila Camacho, a partir del 1 de diciembre de 1940, que propone una política de reconciliación nacional y declara que es creyente.
Por su excepcionalidad vale la pena recordar, que Leyva enseguida deja el cardenismo y se vuelve ávilacamachista. Delgado, gobernador del 1 de enero de 1937 al 31 de diciembre de 1940, es entonces gobernador durante un mes del régimen de Ávila Camacho. Total que Delgado y Loaiza se resisten a la nueva tónica oficial a tal grado que cuando viene la sucesión de Delgado, el partido oficial PNR en su fundación en 1929, llamado PRM a partir de 1938 y PRI desde 1946, lanza de candidato al Ing. Liera pero Delgado postula a Loaiza como candidato independiente a gobernador. El choque entre la CTM, muy fuerte en Los Mochis, y los campesinos organizados por el cardenismo es brutal pero se imponen las fuerzas regionales y gana Loaiza. Así fue y así le fue.
Estuve diez y ocho años en la escuela pero les prometo que no los comentaré uno por uno.

Enlaces a páginas web

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jueves, 7 de febrero de 2008

Cantaclaro

Fracción de "Cuentos de Pascua" del autor

Lingua Franca

Empecé a visitar a Emilia todos los días al amanecer. Normalmente me levanto a las cinco de la mañana y salgo a caminar. Durante los días de la visita, antes de ir al ejercicio, entraba a saludar a mi nieta. Casi siempre su mamá dormía mientras que Emilia ya retozaba en cama con los ojos abiertos.
-Emilia, buenos días. Estás muy bonita esta mañana. Me dicen que eres muy platicadora pero a mí no me ha tocado conversar contigo.
En los primeros días, Emilia solamente me veía y callaba. Al tercer o cuarto día llegué y dije:
-¡Cómo estás preciosa! Te ves muy activa. Te pareces a tu padre pero te veo, porque quiero verlo, un ligero aire de mi familia.
Emilia me vio, empezó a agitar brazos y piernas y contestó:
-Ta lala, ta lalá, ta lala lalá.
En lingua franca, lenguaje universal de los bebés, Emilia me dijo: “Conozco tu voz, me gusta tu saludo, pareces amable.”
Al día siguiente me senté junto a Emilia y le hablé así:
-Me aseguran que eres una niña bien portada y tranquila. ¿Cómo te sientes en Altata? Ojalá se den las condiciones para bañarnos juntos en el mar.
Emilia me vio, subió y bajó sus brazos sobre su cabeza y balbuceó:
-Ta lala lalá, ta lala, lala, lalá.
Lo que significa: “Siento tu calor, percibo tu olor, ya conozco tu voz.”
Mañanas después la cargué mientras la bailaba y cantaba: “Tiene los ojos tan zarcos, la norteña de mis amores, que se mira dentro de ellos como quien mira destellos de las piedras de colores.” Emilia sonreía diciendo:
-Percibo tu voz y empiezo a reconocer tu imagen. Tus brazos me dan seguridad. Me he familiarizado con tu olor y calor.
Así seguimos platicando y nos fuimos haciendo amigos. Hacia el final de su breve estancia, Emilia me reconocía a varios pasos de distancia. En una de las veces me sorprendió diciéndome:
-Ya te conozco aunque no te sienta cerca, lo que es más, aunque no hables, con sólo verte sé quien eres. Eres quien me carga con seguridad y me canta por las mañanas. Así te llamas: “Brazos seguros, alegría por la mañana.”
Qué enormidad es el misterio del desarrollo de los niños. En su léxico, Emilia emitía solamente enunciados importantes mientras yo no hallaba que decir. No importa porque mi actitud, tono de voz y lenguaje corporal también estaban en el lenguaje universal que es el mismo idioma que entiende y habla mi nieta y por eso quizás me concedió el privilegio de conversar conmigo.
Dentro de meses, cuando Dios mediante, la vuelva a ver, ella habrá aprendido a decir mamá, papá, papa, agua, etc. Dependerá cada día más del idioma para comunicarse y de su capacidad de comprensión para entender lo que se le dice. Irá creciendo y el proceso se acelerará. Ojalá conserve algo del idioma universal que ahora conoce tan bien.

Lingua Franca

I visited Emilia daily before dawn. Usually I wake up and rise at five and dress for my morning walk. During Emilia’s visit I would enter her room before going out to exercise. While her mother still slept, she would usually be awake turning in bed with her eyes open.
- Emilia, good morning. You are beautiful this morning. I’m told that you are a talker but I still haven’t heard you.
During the first few days, Emilia only saw me and kept quiet. On the third, or was it the fourth, visit I told her:
- Hello beautiful. You are especially active. You look like your father but I see, because I want to, a certain resemblance to my family.
Emilia looks at me moves her arms and legs and answers:
- Ta lala, ta lala, ta lala lalá.
In lingua franca, universal language of babies, Emilia told me:
- I know your voice, I like your hellos and you seem nice.
Next day, I sat by her side and spoke this way:
- I am told that you are a well-behaved and quiet child. How do you feel in Altata? I hope weather conditions give us the opportunity of going into the sea together.
Emilia stares at me raises and lowers her head and says:
- Ta lala lalá, ta lala, lala, lalá.- Which means:
- I feel your warmth, I recognize your smell and I know your voice.
On mornings when I embraced Emilia while I danced and sang to her:
- You have, my love, the mottled green eyes of the girls of the north. One looks into them and sees the colored pebbles of the brooks of our dreams. - Emilia smiles saying:
- I hear your voice and begin recognizing your image. Your arms give me confidence. I am familiar with your smell and your warmth.
We continued talking and began to become friends. Towards the end of her brief stay, Emilia recognized me even a few steps away. She once surprised me saying:
- I know who you are even though you are not near me, what is more, even though you do not speak. I know who you are just by looking at you. You are the one who carries me safely and sings in the morning. That is your name: “Sure arms, joy in the morning”
What an immense mystery a child’s development is! In her baby talk, Emilia made only important statements while I was at a loss for words. No matter, because my attitude, tone of voice and body language were also in the universal language that is the one my granddaughter speaks and understands and perhaps because of it she granted me the privilege of addressing me.
In a few months when, God willing, I will see her again, she will have learned to say pappa, mommy, water, hungry and so. She will depend more and more on language to communicate and to understand. She will grow and the process will speed up. Hopefully she will keep the universal language she now knows so well.