Tormenta de noche sobre Culiacán. De día la tormenta la ponemos nosotros.

Tormenta de noche sobre Culiacán. De día la tormenta la ponemos nosotros.
De día, la tormenta la ponemos nosotros.

lunes, 13 de enero de 2014

La reforma energética

A petición de varios lectores intentaré tratar el tema de la reforma energética. Antecedente. El estado se compone de tres elementos: el territorio, la población y el gobierno. Sabemos que tenemos un territorio delimitado por el mar (también algunas islas) y nuestras fronteras; la Constitución define quienes somos mexicanos; y tenemos un gobierno democrático, representativo y federal. Tenemos, entonces, definido al estado mexicano. Los tratadistas, en su mayoría, aceptan que la Nación es la población que somos los mexicanos, no solamente los ciudadanos (> 18 años) y estrictamente no solamente los nacionales sino todos los que podríamos reclamar ser o sentirse mexicanos. Los descendientes de la diáspora se sentían judíos que formaban una Nación no obstante vivir por siglos repartidos por toda la tierra. Entonces, cuando decimos que el petróleo es de la Nación, no decimos que es del territorio, sería ridículo; tampoco decimos que es del gobierno, aunque prácticamente así ha devenido; sino claramente decimos que es de la Nación o sea de los mexicanos.
La Constitución dice: “Corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos naturales de la plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas; …los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de
hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos;…
Se fundó una empresa de gobierno, PEMEX, para administrar el petróleo que una vez extraído se refina para usar como combustible y el excedente de crudo se vende al extranjero. ¿Cómo que se vende? Sí, se vende y dejar de ser nuestro. Esto es que el petróleo dentro de la tierra es de la Nación pero una vez afuera se vende y lo vende el gobierno, a través de PEMEX. Refinado en nuestro país los particulares lo compran como gasolina, diesel, etc. y pasa a su propiedad particular. La gasolina que adquiero para mi automóvil deja de ser de la Nación y pasa a ser mía. El petróleo que no se refina aquí se vende crudo a otros países. Deja de ser nuestro y pasa a propiedad de quien lo paga.
La Constitución exige que el petróleo sea buscado, extraído y vendido solamente por la empresa del gobierno, PEMEX. En la reforma energética reciente tuvieron el cuidado de decir que el petróleo seguirá siendo de la Nación. ¿Cuál es, entonces, el cambio?
Poniendo solamente un ejemplo. PEMEX, a la fecha, no tiene la tecnología para explorar y extraer petróleo de aguas profundas. No podemos pagar efectivo para que descubran y perforen para extraer petróleo en aguas profundas, porque así no trabaja esa industria sino que trabaja a porcentaje de lo encontrado y extraído. Ésa es la realidad de esa industria. Las exploradoras que buscan petróleo en aguas profundas exigen que una parte de la producción se les asigne como pago de su trabajo. Esto es que el porcentaje de la producción que se acordare dejaría ser de la Nación y sería propiedad de la empresa que lo descubrió y perforó pero esa forma de pago por los servicios es prohibida.
Esto es que está permitida la venta de crudo al extranjero (nos acabamos Cantarel) y desde luego la compra de fertilizantes beneficiados en el extranjero (puesto que los necesitamos) pero no está permitido que para ese fin el crudo se beneficie en el país por extranjeros. La industria de derivados del petróleo como fibras para hilo de tejer, laminados, impermeabilizantes, aislantes, recubrimientos y cientos de productos requieren de cuotas de materia prima de PEMEX. Algunos productos pueden fabricarse por la industria privada mientras otros requieren que los transforme PEMEX. ¿Quién entiende cuando peligra nuestra nacionalidad?
Igual pasaría con la refinación. Shell, Texaco o Exxon no pueden poner una refinería en México. La refinación es exclusiva de PEMEX. Sí puede comprar crudo y llevarlo a otro país en donde lo refinen y enseguida nos lo venden como gasolina, puesto que somos deficitarios. O sea que Texaco puede refinar petróleo, comprado a PEMEX, en San Isidro, California o en Eagle Pass, Texas y enseguida vendernos gasolina en Tijuana y Piedras Negras pero no puede refinarlo en territorio nacional. Hay una incongruencia total en estos trueques y ventas.
Ahora bien, se modifica la ley para permitir contratos de participación. ¿Quién va a vigilar que el porcentaje que corresponde al contratado se cumpla y no agarren de más? ¿PEMEX, los empleados de su sindicato, quién?
Pudimos construir refinerías pero no lo hicimos por el desespero de buscar y vender más crudo; era más redituable a corto plazo encontrar más crudo que instalar refinerías. ¿Qué ahora los extranjeros podrán poner tales refinerías: ¿Es autosuficiencia en energéticos tal circunstancia?
En muchos sentidos el tema es técnico y requiere de estudio y reflexión. Que se apruebe por los congresos de los estados sin discutirlo, vaya sin leerlo, es trágico. Además, de seguro, que están aprobando algo que ya se hace. O sea están legalizando lo que han venido haciendo y por eso la prisa.

La mula no era arisca: la hicieron.